viernes, 30 de diciembre de 2022

TÓRRIDO VERANO 10. ZURIZA, NORA HOA ARDI GALDU HORI

 

Juan en la 7ª reunión
Y yo en la 8ª

 

 

UN LARGO Y TÓRRIDO VERANO … 10

Zuriza, solo nos queda una… agosto del 22


Lejos hacia el oeste hay una hermosa tapia de caliza refulgente que me recuerda a la “Parete de argento” de los Dolomitas. La sur de Peña Santa no tiene las dimensiones de la Sur de la Marmolada, pero es lo suficientemente grandiosa e intimidante y está más cerca… De hecho, su aproximación es más trabajosa, y no hay refugio guardado en su base, con lo que tal vez le gane en carácter salvaje.

En cualquier caso, ofrece vías largas, que nos tendrán ocupados todo el día, o más si no andamos listos. El tipo de vías que nos gustan y que reservamos para el verano. Yo ya estuve con Txingu el año pasado, y Juan de hecho tiene una vía abierta en el lado derecho de la pared. Pero a ambos nos atraen las clásicas de dificultad (ahora dirían de moderada dificultad) que recorren el centro de la pared. Vías semiequipadas de 6ª/b, cuyos croquis ojeo pensando que como no espabilemos pronto se nos escaparán, si es que ya no lo han hecho todavía. Deseosos de despejar esta incógnita, este será nuestro objetivo principal para este verano.

Comienza agosto, y Juan dispone de unos días. Recién llegado de Alpes, me encuentro en forma y motivado, pero la meteo no está de acuerdo. Además de la ola de calor, vienen días revueltos y muy tormentosos. Solo el martes parece haber una posibilidad de escalar sin sustos. Pero hoy es lunes, no hay tiempo para plantarse en Peña Santa. En fin, rápido cambio de planes.  Vamos a Zuriza.

………………………

En la lista de tareas pendientes figuran de manera destacada las vías abiertas por Luzio en las paredes de Zuriza. Hace unos años que no tachamos ninguna, y la experiencia nos enseña que son vías exigentes que es mejor no dejar para mucho más tarde. Además, son tan buenas que ya he repetido alguna de ellas, e imagino que volveré a hacerlo. De las dos que nos quedan, nos decidimos por “Nora hoa ardi galdu hori”. La pared recibe el sol desde muy pronto y estamos en plena ola de calor, así que habrá que madrugar.

El despertador suena a las 6:30 en “nuestra” borda junto a la carretera. ¡Nada de fresco! Aparcamos en el parking de las hayas y siguiendo la senda entre bosque y pedreras, a eso de las 9:00 estamos listos para empezar la escalada. Además de los trastos habituales porteamos dos litros de agua ¡que no serán suficientes! ¡Ojalá nos hubiéramos levantado a las 5:30! Pues a partir del 2º largo el sol nos dará de lleno y terminaremos deshidratados tras 6´5 horas de labor. ¡Menos mal que encontraremos un arroyito durante la bajada!

Arranca Juan por un diedro precioso y duro, que le costará un vuelo (6b+ o 6ª /A0) y tres A0 (7ª+ en libre) al igual que a mí. La roca en estos dos primeros largos tiene un pátina sucia de polvo o líquenes secos, una pena, y tal vez por eso está casi totalmente equipada. Seguiré por otro largo de 6ª+ y V sup, por lajas y bavaresas también “patinosas”, pero bonitas y con buen canto. Juan atraviesa a la izquierda por una vira (II/III herboso) y yo salgo del zócalo por un largo largo de 6ª, con tramos roca delicada pero generosamente equipada.

Nos plantamos así en una vira a partir de la cual el carácter del terreno cambia radicalmente. Desaparece la pátina de suciedad y la roca da paso a una caliza inmejorable y compacta. La pared gana en verticalidad e incluso se ve cortada por pequeños desplomes. Aquí queda de manifiesto el ojo de Luzio para encontrar un camino factible en este terreno aparentemente improbable.

Por una larga travesía a la izquierda, Juan alcanza el punto débil de la barrera de pequeños techos y continúa después por un terreno muy bueno y bastante duro y atlético, 6b+ en libre, o 6ª+ y un A0. Seguiré por una travesía a la izquierda (6b) para alcanzar un diedro compacto y ciego precioso de 6ª, hasta llegar a la base de una chimenea. Juan la supera, y una vez fuera, sique por el paño de la derecha, por el filo de un espolón en lo que me pareció el largo más espectacular y obligado de la vía. Un 7ª+ equipado, pero que incluso acerando exige darse unos buenos pasos de 6ª+ entre chapa y chapa.

El 8º largo continúa por el espolón, igual de impresionante y más desplomado, pero al fin y al cabo mucho más cómodo, pues con un estribo se sube en artifo sin problemas. Y por último, Juan remata la vía con unos pasos finos en travesía y un último apretón en un desplomito para alcanzar las resecas campas de la salida (6ª+).

Satisfechos, agotados, sedientos, con calambres en los antebrazos… Así recorremos el descenso al coche, al agua, que se nos hará más largo de lo acostumbrado. En resumen, una muy buena vía, como ya es habitual con las de Luzio. Está prácticamente equipada, sólo usamos tres piezas pequeñas y medias, y se agradece debido a la pátina del inicio y a lo compacto de la 2ª parte que haría difícil el protegerse. Pero por otro lado el grado obligado es más duro que otras de sus vías, 6ª+ diría yo. Pero bueno, tal vez esto sea un espejismo provocado por el calor, je je.

En cualquier caso, ya solo nos queda una…

Nora hoa ardu galdu hori?, 310 m, 9 largos, 6b/A1, 6ª+ obligado.

Patxi Aiaratik

Aproximando
Primer largo
Segundo largo
Saliendo a la 2ª reunión
En la 4ª reunión.
La travesía del 5º largo
Empiezan las cosas serias
6b+
5º largo desde arriba
Vista del 6º largo
Juan en el 6º largo
6a
Zancada en la chimenea del 7º, V sup
Pilar impresionante
Vista desda arriba
7a+ o 6a+/A0
Salida a la 7ª reunión.
En la estribada del 8º largo
Último largo y
último apretón.



Al fondo Juan.

















 

 

viernes, 23 de diciembre de 2022

EPILOGO SENTIMENTAL. NABOT-LEON Y OSEZ JOSEPHINE, PLAN DE L´AIGUILLE

 

Txingu en Nabot Leon

 
Victor, siesta  tras  escalar Guy-Anne

 

UN LARGO Y TÓRRIDO VERANO … 9

Epílogo sentimental en Plan de l´Aiguille, julio del 22

 

Una vez más, ofrecemos a los espíritus de la montaña el ritual tantas veces repetido: temprano despertar a la penumbra del amanecer, cuando ya las áureas cimas reciben la caricia de la luz solar, y desayuno potente que nos permita sobrellevar las fatigas de la jornada sin más ayuda que alguna barrita energética.

El desayuno puede ser más o menos silencioso o locuaz en función de lo dormidos que estemos los oficiantes. Si se prevé una escalada especialmente difícil, o peligrosa, cosas ambas bastante distintas aunque a veces relacionadas, a menudo cada uno se recoge en sus pensamientos, temeroso de contagiar sus miedos y dudas al compañero (Qué buena la película “Itzalak”, este año en el Mendifilm, con las dudas y duelos que permanecen en las sombras como protagonistas).

Pero hoy no es el caso. Hace más de veinte años que recorrí la primera parte de la vía a la que nos dirigimos con el bueno de Victor. Se trataba de Nabot Leon, 180 m, V sup/6ª, cinco largos, abierta en 1985 por Piola y Cerdan. La recuerdo bella, gozosa y tranquila, y transmito mi confianza a mis compañeros. La incógnita viene dada por el riesgo de tormenta, que en las últimas previsiones parecía adelantarse.

Si vamos rápido y el cielo da su permiso, seguiríamos otros tres largos de V sup hasta la cima del  Pilier Rouge de Blaitière para continuar luego por Osez Josephine, cuatro largos más de V sup/6ª de la cosecha del 2001, Pallandre et Vigier.

Cargados con todo, seguimos la buena senda que nos conduce hacia el NE, hacia la morrena lateral del glaciar de Blatière, para en un momento dado desviarnos y dejar la mayor parte de lastre escondido en un vivac junto al camino que ojeamos ayer. Así aligerados, atravesamos el glaciar aquí totalmente cubierto de grava y pedreras y remontamos la 2ª morrena lateral  hasta llegar a las Lames Fontaines, contrafuerte rocoso que sirve de base al Pilar Rojo. A su izquierda según vamos se abre un pequeño circo, gélido y sombrío, donde por fin se ven más nieve y hielo que piedras. Hay una tienda de campaña instalada, y pienso que es difícil encontrar un lugar más inhóspito y descorazonador en estos parajes. A saber, igual lo han elegido queriendo, con vistas a curtirse para alguna expedición… Antaño, eran necesarios piolet y crampones para superar las fuertes rampas de nieve helada        que daban acceso a la vira bajo la pared. Ahora, con un poco de cuidado, es posible pasar en zapatillas. No somos nada.

En algo menos de hora y media de aproximación estamos pues en la base del Pilar Rojo, que ofrece una docena de vías de las que unas cuantas, ¡cómo no!, se deben a Michel Piola y compañeros. Teníamos una cordada por delante, y por detrás nos seguían otras dos. Pero por lo pronto, hemos logrado el primer objetivo del día: ser los primeros  en la base de nuestra vía, que al ser la más asequible del lugar suele estar bastante solicitada. Aun y todo, nos cuesta bastante visualizar el parabolt que marca el comienzo, y eso que lo teníamos delante. Hoy escalaremos prácticamente todo el día a la sombra, pero con la ola de calor eso no será problema.

Axi toma decidido el liderazgo de la cordada y nos lleva con rapidez y eficiencia hasta lo alto de los cinco largos de Nabot Leon. Un hermoso recorrido encadenando fisuras, diedros, bavaresas y alguna placa. Reuniones equipadas y rappelables y un par de seguros fijos entre medias. Especialmente vistoso el megadiedro del 4º largo, que se supera por la placa de su lienzo izquierdo, tumbado y bastante cómodo (V). Pero tengo que admitir que la vía no me ha parecido el paseo que ingenuamente recordaba, y en algunos pasos hay que currarselo y apretar.

Cambiamos de cabeza de cordada, ya ahora soy yo quien conduce a mis compañeros. En dos largos básicamente por la cresta del pilar (algún paso de V sup) llegamos a su cima. Según ganamos altura el agreste horizonte de agujas y glaciares colgados gana en perspectiva y belleza. Allí están todas: Aig du Midi, du Plan, du Peigne, du Fou… Un larguito más y estamos en el rappel que nos conduce a la base de la vía Osez Josephine. Son las 12:30, hemos tardado cuatro horas y media en recorrer ocho largos y de momento no hay señales de tormenta. Decidimos continuar.

Ahora nos toca seguir una fisura que se veía soberbia desde lo alto del rappel, ideal para empotrar manos. Aunque su arranque echa un poco para atrás, bien protegido por un camelot empotro una mano y enseguida me posiciono adecuadamente. Unos m más arriba el terreno tumba un poco y la dificultad decae, no así la belleza del largo y de la fisura, que continúa limpia hasta la reunión. ¡Un Vsup exaltante!

Los dos largos siguientes también son buenos y estéticos, y no demasiado duros (V sup). Primero unas fisuras y lajas, y después un elegante diedro, también libres de expansiones. Y llegamos así al último largo. Un terreno fácil y escalonado conduce a una placa basante lisa que forma el borde del espolón. Allí se ven, bastante espaciados, cuatro parabolts. ¡Todo un lujazo!

Tendría que haber desconfiado de ese alarde de seguros. Para cuando llego a ellos, la escalada me está pareciendo bastante más dura de lo que marcaba el croquis, más bien 6b que 6ª. La larga cinta que cuelga de una de las chapas me indican que no soy el único que se ha visto obligado a trampear para no caer… Pero finalmente estamos los tres más que contentos en la cima de un marcado gendarme.

 Al final, han sido unos 400 m de escalada muy buena y homogénea en el V sup/6ª. Pronto serán las 15:00. Hemos necesitado 7 h para escalar 12 largos. La arista NW de la Aig de Blatière continúa otros 17 largos y 800 m hasta su cima por un terreno más fácil pero mucho más salvaje y comprometido. Pero a lo que a nosotros respecta, es hora de rappelar. Enfrascados en la acción no nos hemos dado cuenta de que el cielo se cubría de nubes que no presagian nada bueno.

Descendemos la primera parte sin mayores problemas salvo un atasco de cuerda que rápidamente Txigu libera. Pero hay que admitir que la línea de rappeles que tomamos para descender del Pilier Rouge (había tres a elegir) es vertical e impresionante, con rappeles a tope de cuerda, de 60 m.  Un nuevo atasco que Axi ya ha intuido pone a prueba nuestros nervios, pero afortunadamente logramos recuperar la cuerda. Y por fin, en el último rappel, la tormenta nos alcanza. La lluvia y el granizo mojan rápidamente la pared y empapan nuestras cuerdas, pero no logran empañar la alegría y el alivio que sentimos al estar ya en terreno seguro y haber librado lo peor.

No hay mucho tiempo para celebraciones. Son las 17:00, tenemos hora y media para pescar la última bajada del teleférico. La tormenta se disipa tan rápidamente como llegó, pero nosotros aparecemos en el teleférico a las 18:30. Pero estamos de suerte. Algunos trabajadores del teleférico se preparan para bajar cargados de material, y nosotros con ellos…

Llegados al valle, sabremos que el tiempo se deteriora los próximos días. Es tiempo de volver a casa. Para rematar estos días intensos y gratificantes, nada mejor que una opípara cena regada con buen vino…

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Todos portamos heridas con las que no nos queda otra que aprender a convivir. Con el tiempo, el dolor de la pérdida se transforma, sin dejar de doler se reviste de ropajes hechos de ternura y agradecimiento, y el recuerdo en lugar de lágrimas provoca una sonrisa, y la consciencia del privilegio que fue compartir aventuras con una persona excepcional.

Todos estos días he sentido la presencia de un viejo amigo, que no éramos tres sino cuatro los que nos afanábamos por las montañas. Pues hace veintitantos años recorrí con Víctor estas mismas paredes, sendas y glaciares.

La presencia de algunas personas es tan intensa que incluso su ausencia nos llena. Víctor era de esas personas. Como le gustaba repetir, “¡la aventura es la aventura!”

¡Un abrazo, amigo, allá donde estés!

 

Patxi Aiaratik

Victor de camino a Envers

 





Primeros metros en Nabot Leon










4º largo, megadiedro









Osez  Josephine, 1. largo




Ultimos metros, 6b?







 

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