HISTORIAS DE ESCALADA: EL FINAL DE LA TEMPORADA. Corredor N a Peña Sabocos (2757 m)

Peña Sabocos, con Panticosa Ice y el corredor.

Altsasukoak aske, 2º largo, 6b, V sup obl.

EL FINAL DE LA TEMPORADA.

Corredor N a Peña Sabocos (2757 m) PD sup? AD inf?

Sorprendentemente, ¡vuelven a darse condiciones para el alpinismo a finales de mayo! Tras meses sin más que hacer que dedicarse a la deportiva o al rocódromo, el Pirineo se halla bien cargado de nieve a partir de los 2000 m. Un anticiclón con la isoterma baja y empiezan a aparecer piadas de los recorridos habituales: goulottes del Taillon, Telera, Margalida, e incluso el couloir de Gaube.

Pablo y Gontzal hacen planes para ascender al Posets. Juan y yo nos planteamos una visita a los Gabietous, pero las cosas se tuercen. Mientras prepara la mochila, Juan descubre que sus botas de alpinismo no dan más de sí. La capa amortiguadora de sus suelas se está desintegrando, con lo que las suelas se despegan. A mí me pasó lo mismo hace un par de años.

Hay que cambiar de planes. Juan tenía ganas desde tiempo atrás de escalar una vía semiequipada en Etxauri, y para allá vamos. Yo por si acaso cargo en el coche el material de alpinismo y el de vivac. No me resigno a dejar pasar la acaso última oportunidad de empuñar los piolets.

En un día muy caluroso escalamos la vía. “Altsatsukoak aske”, 150 m, 5 largos, 6b max acerable. Un par de largos bonitos, de mucho cacharrear, pero otros muy herbosos, o con mucho liquen en la roca. Y sobre todo, buitres anidando. Pasamos a tres m de un nido, y parece haber más por las cercanías. Mejor no molestarlos, y menos en esta época.

Ya en el pueblo, hablamos con los del Posets. Parece que se han extraviado, pero eso ya lo contarán ellos… Y sí que confirman el buen estado de la nieve. Aunque me da cierta pereza, esto acaba de decidirme.

Me despido de Juan y hora y pico después estoy en la Trobada de afarimerienda. Pasaré la noche en nuestro txoko de Oliván.

Bien pronto me pongo en marcha hacia Peña Sabocos. La pista que parte de Hoz de Jaca está deteriorada, bastante peor que la última vez que la recorrí, pero con cuidado consigo pasar. Dejo el coche en la parte superior de la estación de esquí de Panticosa, a unos 1900 m de altitud.

Lastrado con el peso habitual para estas salidas (cuerda y algunos cacharros) arranco por la ya conocida aproximación a la montaña a las 07:00. Aun hay hielo en el ibón de Sabocos, y a partir de allí la nieve es continua. Aunque no ha helado esta noche, la nieve está dura y transformada, así que me pongo el arnés y los crampones.

Es la 4ª vez que me dirijo a esta montaña. Dos veces para recorrer Panticosa Ice, bonita línea que parece estar formada, pero en cuya base una cordada lleva un buen rato atascada, probablemente desconfiando de la solidez del hielo del primer largo. Otra vez con Gontzal subimos con esquís de travesía, pero ahora me dirijo más a la izquierda, por debajo de la barra rocosa que delimita por su parte inferior la gran pala central de nieve.

En un momento dado, un estrecho corredor interrumpe esta barra rocosa. Son unos 150 m a 40-45º, con algún tramito a 50º, bastante cómodos para ascender, pues tengo ya la huella hecha. Salgo después a la gran pala. Allí la huella se pega lo más posible a los resaltes de la izquierda para evitar las zonas ya golpeadas por el sol, y finaliza en una arista a la izquierda de la cima, a la que llego tras hora y cuarto de ascensión desde el inicio del corredor. Son las 09:45. Por una vez tendré foto de cima, pues me encuentro con un trío de franceses madrugadores que han subido por la normal. Me comentan que han aproximado desde Panticosa pueblo por una pista en muy mal estado, solo apta para todoterrenos. Las pendientes de la vía normal están aun a la sombra y bien heladas, de modo que el terreno me parece más delicado en descenso de lo que lo ha sido el corredor con su cómoda huella. Más tarde aparecen grupos de esquiadores, deseosos también de cerrar bien la temporada.

Los últimos pasos con los crampones los doy ya al sol, pero sobre nieve aun dura. Una ascensión cómoda, sin complicaciones para hacerla en solitario. Un bonito cierre para una temporada invernal que finalmente ha sido bastante cochambrosa. En total, poco más de 4h y media para unos 850 m de desnivel.

Por desgracia, me temo que las próximas serán por el estilo. Tiempos de calentamiento global, malos tiempos para el alpinismo…

Patxi Aiaratik