jueves, 28 de septiembre de 2023

CUENTAS PENDIENTES Vega de Urriellu 1

 

Saliendo de la Régil a la N del Naranjo

Mar de nubes al atardecer, Vega de Urriellu

 

CUENTAS PENDIENTES

Vega de Urriellu 1, julio del 23

Hace ya mucho, cuando Juan y yo escalamos la Leiva a la Oeste del Picu, hablamos de volver. Tras muchas vías en la cara Este, algunas en la Sur y tres en la Oeste, se trataría de dar por finiquitada nuestra exploración de la montaña subiendo por la Norte. Y podríamos aprovechar el viaje para escalar en Torre Cerredo. Al fin y al cabo, si Adrados las reseñaba en sus “Escaladas selectas”, tenían que valer la pena.

Como de costumbre, no es que pasen años, sino décadas. Pero al fin llega la ocasión a finales de julio.

Como en todas partes, la masificación post-pandémica es evidente en Arenas de Cabrales, Puente Poncebos y Sotres. Las plazas de parking en Pandébano son limitadas, y de 9:00 a 15:00 hay control al inicio de la pista. Tenemos suerte y podemos pasar.

Con trastos y comida para pasar tres noches nos ponemos en marcha. La verdad es que tenía medio olvidados los detalles de la subida. Llegamos a la Terenosa, donde hay ahora junto a la fuente un refugio muy acogedor del que Papila me hablará muy bien. Poco después, salimos de los prados y entramos en el lapiaz. Una brechita (Collau Valleyu en los mapas) nos cambia de vertiente, aquí ya deberíamos ver el Picu pero las nubes bajas se han pegado a los relieves, y pronto entramos en el famoso “orbayu”. Mejor así, sudaremos menos y la subida se hará más llevadera.

Finalmente de nuevo aparece la pradera, estamos en la Vega de Urriellu. Hemos tardado dos horas y media. Solo la base de las paredes del Picu es visible. Aquí y allá se ven tiendas, muchas en las cercanías del refugio. Deambulamos entre los grandes bloques, buscando algún buen vivac que esté libre. Finalmente elegimos un hueco bastante claustrofóbico pero con buenas vistas a unos 200 m bajo el refu, al menos nos libraremos del rocío, pues no llevamos tienda.

Una vez instalados y cenados, las nubes se abren y nos permiten disfrutar de las últimas luces sobre la intimidante y poderosas cara Oeste. Será cosa de la edad, pero el caso es que hoy la veo muuyy grande, y yo me siento muuyy pequeño… Recorremos con la mirada los itinerarios que conocemos, y me siento aliviado por tener hechos ya los deberes hace bastantes años. No me veo volviendo a entrar en semejante tapión.

Amanece un hermoso día, con cielo despejado. Desde el “porche” de nuestro vivac divisamos perfectamente el recorrido a seguir. La vía Régil supera un espolón justo a la izquierda del desplome de la Bermella, y en dos largos alcanza una línea de fisuras que conduce hasta un hombro en la cima del espolón. Desde aquí iremos en busca de la Cainejo-Pidal, la vía original de ascenso al Picu.

Pero lo que a distancia es claro y evidente, se revelará en la práctica más complejillo. La Regil resultará una vía a no subestimar. La entrada es poco evidente y con roca delicada. Se puede subir casi por cualquier sitio, pero con cuidadín, y apenas hay material para marcar el recorrido. A unos 15 o 20 m hay una vieja reunión, uno de cuyos pitones Juan mosquetonea  antes de darse un pasito un poco delicado. Después llega ya a terreno más fácil. Tras 60 m, en una especie de hombro, encuentra una reunión con parabolts. Últimamente se han abierto varias vías en este sector.

Otro largo fácil en travesía horizontal a la izquierda nos deja en la base de la fisura-diedro-chimenea que ya no abandonaremos. Son dos largos muy buenos, el primero de V, pelado y no tan fácil de proteger por unas placas a la derecha de la canal, y luego por su fondo. El segundo está más pitonado, y termina por unos pasos en diedro de V sup que se protegen bien.

150 m de trepada ensemble (mejor con zapatillas) y henos aquí bajo la cara N del Picu, contemplando la ruta por la que el Cainejo condujo al marqués Pedro Pidal hasta la cima en agosto de 1904. ¡Casi nada! La canal que sigue la vía es evidente, y se aprecia también la vira o terraza por la que pasó Schulze en la 2ª ascensión.

De nuevo estamos ante otra vía a no subestimar, pese a las escuetas cotaciones que le da Adrados. Arranca con un primer largo, muy bonito y bastante pitonado, de IV con algun pasito de V, que supera unas placas por el terreno con más presas hasta una reunión. Cómodo en realidad, pero nada mal para escalarlo sin gatos y con alpargatas. El 2º largo nos conduce por terreno no tan evidente y más pelado hasta la vira Schulze, donde montamos reunión bajo la fisura-canal. Esta es fácil y bastante tumbada en su inicio, pero poco a poco va ganando en verticalidad y dificultad. Mosquetoneando algún pitón llego a una reunión, pero sigo, ya que aún queda mucha cuerda. Al final me encuentro unos pasos verticales y más atléticos. Hay algún pitón, y los friends entran bien. En un momento dado el terreno echa para atrás, ¡debo estar en la famosa “panza de burra”! Un buen apretón, y llego a una cómoda reunión.

Por encima, la canal vuelve a tumbarse, para enderezarse después. De nuevo tocan unos pasos verticales y atléticos, y hay menos pitones que antes. En el paso más duro, se trata de abrirse bien de piernas en oposición en los bordes de la canal para ganar altura y llegar a unas buenas presas… Pero hoy es unos de esos días en los que mi cadera derecha no me deja estirar la pierna. Así que no me queda otra que empotrar puño en una fisura ancha y tirar a lo bestia.

En cualquier caso, alucinamos con el nivel de escalada y bravura de los aperturistas hace 120 años. Hoy en día, con pies de gato y material en abundancia, sigue tratándose de pasos de V recio que en muchas escuelas de deportiva se cotarían de V sup. Para quitarse el sombrero.

Un largo ensemble nos conduce a la cima del Picu, también con su virgencita. Las nubes andan revueltas, suben y bajan jugando con la visibilidad y los relieves, añadiendo dinamismo al paisaje. Al parecer, debe de haber atasco en la cara E, con siete u ocho cordadas amontonándose al salir por la Cepeda. Nosotros destrepamos el circo de la cara Sur, hasta llegar a una de las líneas de rappeles (hay cuatro al parecer) que nos conducirán hasta la base. Solo queda bajar, como tantas otras veces, la Canal de la Celada.

Coincidimos con un grupo de scottish con los que recordamos nuestras visitas a Fort Williams y Ben Nevis. Otro sitio al que habría que volver antes de que se amontonen las décadas.

Y finalmente, asistimos a otro fastuoso crepúsculo mientras cenamos en nuestro “porche”. Hoy dormiremos más cómodos, nuestro compañero de “bloque”, uno de los damnificados por el atasco en la Este,  se marcha con lo que ocupamos su vivac, más espacioso.

La verdad es que cuando entro en el saco me siento cansado. En total, han sido 10 horas de muy buena actividad, entretenida, a ratos exigente, y en cualquier caso más dura de lo esperado. ¡Una buena jornada! Durante toda la escalada hemos estado a la sombra, a veces con el cortavientos puesto, lo cual no está nada mal en estos veranos calurosos

Hemos usado 10 expreses, fisus, cintas, aliens y un juego de tótems y camelots hasta el 3, repitiendo algunos medios. El segundo escala con una mochilita de ataque.

Picu Urriellu. Cara NO, vía Régil (1955), 200-250 m, 4 largos, V/Vsup.

Cara NE, vía Pidal-Cainejo (1904), 350 m, 5 l más ensemble, V.

Patxi Aiaratik

 


Refugio de la Terenosa

El Picu


El vivac


Espolón Noroeste, por donde va la Régil



Régil, primer largo



Régil, tercer largo, delicado y bonito, V

Tercera reunión.

Cuarto largo, V/Vsup?

Saliendo de las dificultades

En el hombro


Cainejo Pidal, primer largo, ¡No está mal para 1904!


2º largo de la Cainejo... ambiente.

2ª reunión


Saliendo de la Panza de Burra

Aquí se pone tieso. V bien recio.

Fin de las dificultades

Con la Santina en la cima


Ambiente bajo la Este

Cara E del Picu

Cara Oeste al anochecer


viernes, 15 de septiembre de 2023

TRAVESÍA DE LAS FRONDIELLAS Y ESPOLÓN SUR.

 

Frondiellas Occidental desde la Combe Vallot

TRAVESÍA DE LAS FRONDIELLAS Y ESPOLÓN SUR.

Julio del 2023

A mediados de julio, Txingu y yo nos vemos de nuevo ascendiendo la larga subida desde la Sarra hasta Respomuso. La montaña está preciosa, húmeda y florida, y la marcha se me hace entretenida y bastante llevadera. ¡Se ve que mis pateos por Sanabria y Palencia han servido para algo! La mirada se me escapa tras los aleteos de las Parnassius apollo que se cruzan en mi camino. Siempre que paso por aquí tengo la suerte de encontrar a esta bella y amenazada mariposa, que casi ha desaparecido de Euskal Herria.

Pasado el refugio, montamos el vivac en la bifurcación de Frondiellas, donde la última vez. Tenemos un rellanito con hierba, un murete, y lo más importante, una cascada de agua con bastante caudal que baja de la Combe Vallot. Nunca habría pensado que pudiera desaparecer, como cuenta Pablo en su piada del Espolón Elegante, a finales de agosto. Está claro que al desaparecer esos neveros que antes nos parecían permanentes, el asunto del agua en verano en Piris puede volverse peliagudo…

La idea básica era escalar el diedro Ursi al Balaitús. Pero para la primera jornada, he localizado un bonito plan en la guía de Luichi del Valle de Tena, un elegante y lógico espolón que asciende en 500 m de desnivel hasta la cima del Frondiellas Occidental. Una ruta de carácter muy clásico, como las abiertas por los hermanos Cadier, Arlaud y compañía a comienzos del siglo XX. Solo que esta ha sido abierta por los de Sendero Límite en 1998. Los maños tuvieron la suerte de echarle el ojo a una línea que había escapado al ojo de los pioneros… Y tras llegar a la cima, podemos seguir cresteando por aquello de coleccionar tresmiles.

El espolón Sur es evidente y de cómodo acceso. Será un terreno básicamente de III, a veces un poco más, a veces un poco menos, que me permitirá ascenderlo casi en su totalidad con las botas de trekking. Llevaremos 10 expreses que sobraran, muchas cintas y el material habitual: fisus, aliens y camelots hasta el 3 repitiendo alguno. Vamos con dos cuerdas, pero la verdad es que nos habríamos arreglado con una. En el espolón encontraremos un par de cordinos en bloques empotrados, y algún pitón marcando el camino, pocos en realidad.

Al final del espolón aparecen un par de agujas más afiladas y verticales. Es momento de ponerse los gatos, pues ahora vienen los dos largos más duros y bonitos de la vía (V). En el primero de ellos, tras pasar un pitón hago travesía a la derecha por una placa para alcanzar una laja, que supero con unos pasitos finos que protejo con tres aliens. En el 2º largo “difícil” se recorre un precioso diedro que se protege a caldo, con una salida un tanto atlética. Poco después llegamos al Frondiellas Occidental (3004 m).

De nuevo con las botas de trekking y tras guardar una cuerda en la mochila iniciamos la cresta de Las Frondiellas. Algunos tramos se me hacen conocidos, como el único rappel que hacemos. Por aquí pasé con Juan tras escalar el diedro Ursi al Frondiellas, hasta que una tormenta con granizo incluido nos obligó a abandonar la cresta. Esta vez no habrá problemas. El terreno en general es sencillo, aunque a veces hay algún paso más delicado o aéreo. Finalmente, nos desencordamos y ya por terreno sencillo llegamos al Frondiellas Central (3049 m) y al Oriental (3059 m), buen lugar para picar algo. Siguiendo la cresta, descendemos al collado de la Aguja Cadier, que mantiene un nevero respetable. Dejamos allí los trastos y hacemos una rápida subida a su cima, con algún pasito de III (3017 m).

Hasta aquí todo ha ido muy bien, así que ya es momento de liarla… Las guías hablan de una bajada hacia la brecha de Latour, y empezamos a seguir unos hitos en esa dirección. Pero esas descripciones imagino que se referirían a los tiempos (no tan remotos) en que un nevero de esos “casi-permanentes” facilitara la bajada de lo que hoy es una escombrera bastante verticalilla. No lo vemos y retrocedemos. Intentamos perder altura por la misma vertiente, y de hecho bajamos bastante… pero de nuevo acabamos en terreno sin salida clara. Finalmente tendremos que volver a subir a la cima del Frondiellas E, y desandar camino hasta el Central. Pasado este, poco después localizaremos unos hitos que nos conducirán a una canal rocosa bastante sana que destreparemos (pasos de II), y que nos dejará en la Combe Vallot, por donde habíamos aproximado.

Al final, serán una 11 h de deambular y medio perdernos por Las Frondiellas, que nos harán llegar al vivac cansaditos y con ganas de cenar. Cogeremos con gusto el saco de dormir, pese a los mosquitos que están de lo más pelma.

El día siguiente no tendrá mucha historia. La jornada amanece rara, oscura, con mucho viento, como si fuera a llover. Las nubes entran y entran en el circo de Vuelta Barrada y ocultan la pared Sur del Balaitús. Aun y todo, nos cargamos con el material y subimos a ver.

Una vez allí, jirones de niebla impiden la visión de la pared. En mi anterior visita recuerdo haber localizado el diedro Ursi sin dificultad, pero ahora no logro situar la vía. Además, aunque el corredor de la Brecha de Latour está seco, un nevero considerable se extiende por el fondo del circo. Me sorprende el tamaño del nevero para estas fechas, que además parece ponerse bastante pino al entrar en contacto con la pared, antes de perderse en la niebla. Mas nos valdría tener crampones. Más a la derecha, en cambio, la nieve va desapareciendo, y parece posible acceder al Espolon Elegante sin pisarla.

El tiempo sigue raro. Nos bajamos, con la tranquilidad de haber realizado la víspera una bonita actividad. Quién sabe, tal vez otro año, pienso mientras me despido de las Parnassius apollo, que siguen revoloteando en la bajada.

Espolón Sur al Frondiellas Occidental, 500 m, III y dos largos de V, y cresta de las Frondiellas (II/III)

Patxi Aiaratik


 




Las crestas del Diablo






Precioso diedro de V



El último paso difícil


Frondiellas central y oriental desde el Occidental





Vertiente S del Balaitous en julio


ESPERANDO AL INVIERNO 2

    Así se nos veía desde Sendero Límite ESPERANDO AL INVIERNO 2 Peña Rueba, Carnicraba. Casi dos meses después, estamos de nuevo en M...