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Frondiellas Occidental desde la Combe Vallot |
TRAVESÍA DE LAS FRONDIELLAS Y ESPOLÓN SUR.
Julio del 2023
A mediados de julio, Txingu y yo nos vemos de nuevo ascendiendo la larga subida desde la Sarra hasta Respomuso. La montaña está preciosa, húmeda y florida, y la marcha se me hace entretenida y bastante llevadera. ¡Se ve que mis pateos por Sanabria y Palencia han servido para algo! La mirada se me escapa tras los aleteos de las Parnassius apollo que se cruzan en mi camino. Siempre que paso por aquí tengo la suerte de encontrar a esta bella y amenazada mariposa, que casi ha desaparecido de Euskal Herria.
Pasado el refugio, montamos el vivac en la bifurcación de Frondiellas, donde la última vez. Tenemos un rellanito con hierba, un murete, y lo más importante, una cascada de agua con bastante caudal que baja de la Combe Vallot. Nunca habría pensado que pudiera desaparecer, como cuenta Pablo en su piada del Espolón Elegante, a finales de agosto. Está claro que al desaparecer esos neveros que antes nos parecían permanentes, el asunto del agua en verano en Piris puede volverse peliagudo…
La idea básica era escalar el diedro Ursi al Balaitús. Pero para la primera jornada, he localizado un bonito plan en la guía de Luichi del Valle de Tena, un elegante y lógico espolón que asciende en 500 m de desnivel hasta la cima del Frondiellas Occidental. Una ruta de carácter muy clásico, como las abiertas por los hermanos Cadier, Arlaud y compañía a comienzos del siglo XX. Solo que esta ha sido abierta por los de Sendero Límite en 1998. Los maños tuvieron la suerte de echarle el ojo a una línea que había escapado al ojo de los pioneros… Y tras llegar a la cima, podemos seguir cresteando por aquello de coleccionar tresmiles.
El espolón Sur es evidente y de cómodo acceso. Será un terreno básicamente de III, a veces un poco más, a veces un poco menos, que me permitirá ascenderlo casi en su totalidad con las botas de trekking. Llevaremos 10 expreses que sobraran, muchas cintas y el material habitual: fisus, aliens y camelots hasta el 3 repitiendo alguno. Vamos con dos cuerdas, pero la verdad es que nos habríamos arreglado con una. En el espolón encontraremos un par de cordinos en bloques empotrados, y algún pitón marcando el camino, pocos en realidad.
Al final del espolón aparecen un par de agujas más afiladas y verticales. Es momento de ponerse los gatos, pues ahora vienen los dos largos más duros y bonitos de la vía (V). En el primero de ellos, tras pasar un pitón hago travesía a la derecha por una placa para alcanzar una laja, que supero con unos pasitos finos que protejo con tres aliens. En el 2º largo “difícil” se recorre un precioso diedro que se protege a caldo, con una salida un tanto atlética. Poco después llegamos al Frondiellas Occidental (3004 m).
De nuevo con las botas de trekking y tras guardar una cuerda en la mochila iniciamos la cresta de Las Frondiellas. Algunos tramos se me hacen conocidos, como el único rappel que hacemos. Por aquí pasé con Juan tras escalar el diedro Ursi al Frondiellas, hasta que una tormenta con granizo incluido nos obligó a abandonar la cresta. Esta vez no habrá problemas. El terreno en general es sencillo, aunque a veces hay algún paso más delicado o aéreo. Finalmente, nos desencordamos y ya por terreno sencillo llegamos al Frondiellas Central (3049 m) y al Oriental (3059 m), buen lugar para picar algo. Siguiendo la cresta, descendemos al collado de la Aguja Cadier, que mantiene un nevero respetable. Dejamos allí los trastos y hacemos una rápida subida a su cima, con algún pasito de III (3017 m).
Hasta aquí todo ha ido muy bien, así que ya es momento de liarla… Las guías hablan de una bajada hacia la brecha de Latour, y empezamos a seguir unos hitos en esa dirección. Pero esas descripciones imagino que se referirían a los tiempos (no tan remotos) en que un nevero de esos “casi-permanentes” facilitara la bajada de lo que hoy es una escombrera bastante verticalilla. No lo vemos y retrocedemos. Intentamos perder altura por la misma vertiente, y de hecho bajamos bastante… pero de nuevo acabamos en terreno sin salida clara. Finalmente tendremos que volver a subir a la cima del Frondiellas E, y desandar camino hasta el Central. Pasado este, poco después localizaremos unos hitos que nos conducirán a una canal rocosa bastante sana que destreparemos (pasos de II), y que nos dejará en la Combe Vallot, por donde habíamos aproximado.
Al final, serán una 11 h de deambular y medio perdernos por Las Frondiellas, que nos harán llegar al vivac cansaditos y con ganas de cenar. Cogeremos con gusto el saco de dormir, pese a los mosquitos que están de lo más pelma.
El día siguiente no tendrá mucha historia. La jornada amanece rara, oscura, con mucho viento, como si fuera a llover. Las nubes entran y entran en el circo de Vuelta Barrada y ocultan la pared Sur del Balaitús. Aun y todo, nos cargamos con el material y subimos a ver.
Una vez allí, jirones de niebla impiden la visión de la pared. En mi anterior visita recuerdo haber localizado el diedro Ursi sin dificultad, pero ahora no logro situar la vía. Además, aunque el corredor de la Brecha de Latour está seco, un nevero considerable se extiende por el fondo del circo. Me sorprende el tamaño del nevero para estas fechas, que además parece ponerse bastante pino al entrar en contacto con la pared, antes de perderse en la niebla. Mas nos valdría tener crampones. Más a la derecha, en cambio, la nieve va desapareciendo, y parece posible acceder al Espolon Elegante sin pisarla.
El tiempo sigue raro. Nos bajamos, con la tranquilidad de haber realizado la víspera una bonita actividad. Quién sabe, tal vez otro año, pienso mientras me despido de las Parnassius apollo, que siguen revoloteando en la bajada.
Espolón Sur al Frondiellas Occidental, 500 m, III y dos largos de V, y cresta de las Frondiellas (II/III)
Patxi Aiaratik
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