HISTORIAS DE ESCALADA: DIAS DE OCIO EN CHAMONIX

UN LARGO Y TÓRRIDO VERANO … 8

Días de ocio en Chamonix, julio del 22

Cuando uno llega a Chamonix tras el largo viaje desde casa lo hace ansioso, deseoso de subir a las alturas en cuanto la meteo y las condiciones lo permitan. Pero después de una buena actividad, es un placer regresar al valle fatigado y relajado, y dejar pasar las horas sin nada más que hacer que contemplar y formar parte del bullicio. Uno se dedica a callejear, kuxkuxeando en los comercios, observando esa abigarrada y variopinta mezcla humana que en verano abarrota sus arterias. Desde alpinistas de opereta hasta moteros y ricachones al volante de deportivos descapotables. Este año parecían especialmente numerosas las familias árabes e indo-paquistaníes.

Pero llega un momento en que inevitablemente nuestros pasos nos conducen a la Maison de la Montagne, para preparar la próxima actividad. La primera información allí recibida es relativamente positiva: buen tiempo para mañana y pasado hasta la tarde-noche. Pero ya podemos olvidarnos de las Petites Jorasses. Su acceso estaba cortado por una grieta descomunal, y el puente de nieve que la cruzaba amenaza con derrumbarse con estos calores. En cualquier caso, habríamos necesitado de al menos dos días sin riesgo de tormentas.

Como alternativa podemos subirnos al Plan de l´Aiguille. Nos indican que no hacen falta crampones para aproximar a la Tour Rouge de la Blatière. ¡Algo bueno tiene que tener el cambio climático! Pero hay un problema. Parece ser que hay que reservar la plaza en el teleférico con antelación, y a estas horas está ya cerrado. Lo intentamos por internet, pero allí solo aparece la opción de subida hasta la Aiguille de Midi, el doble de cara. Otra posibilidad sería plantarnos en el teleférico para la primera subida, a las 6:10, lo que supondría despertarnos a las 4:00 o así. Son las 19:00 h, y pese al día de holganza, tras los tres intensos días en Envers aun noto /notamos el cuerpo fatigado. La perspectiva de volver a preparar la mochila ahora mismo para el madrugón no resulta muy atrayente. Decidimos darnos otro medio día de reposo.

Al día siguiente nos despertamos sin prisas y nos acercamos al teleférico. Allí compramos tickets para Plan de l´Aiguille para las 17:00. Hasta esa hora podemos seguir con nuestra ociosa rutina: recorrer las tiendas de montaña, comparar precios, e incluso regalarnos con algún libro que para eso lo hemos dado todo…

Así que a las 17:15, desembarcamos con las mochilas más ligeras de lo habitual (sin crampones ni piolet) en un Plan de l´Aiguille abarrotado de gente (2317 m). En la tarde calurosa una multitud hace cola para descender al valle, o pasea por las pedreras y campas circundantes.

El paraje es espectacular. Aunque ya lo conocía de otras ocasiones, y las agujas son bien visibles desde Chamonix, me siento asombrado y maravillado como la primera vez. Esta vertiente está orientada hacia el NW, así que los inmensos frontones y espolones de granito reciben la luz del sol que a menudo que la tarde avanza va ganando en calidez. Sobre un fondo de pedreras, morrenas y glaciares cada vez más escuálidos las agujas de granito se elevan, verticales y compactas, atractivas e intimidantes a la vez. Y al fondo a la derecha, los helados espolones que sustenta a la Aiguille de Midi, con sus glaciares colgados ofrecen un espectáculo sobrecogedor. A primera vista se diría que los efectos del calentamiento global no son aquí tan evidentes como en la Mer de Glace. Pero no es más que un espejismo. Pues a intervalos regulares, el estruendo de los derrumbes de hielo y piedras, envuelto en una polvareda blanca, nos sobresalta por la parte de la Aiguille de Midi. No apetece nada acercarse por allí.

En cambio, donde nosotros estamos no hay peligro de derrumbes, solo prados, pedreras y paredes al sol. En 15 min nos plantamos en el lac Bleu, y nos instalamos en sus cercanías para vivaquear. Confiando en la previsión, no hemos traido tienda. Incluso las aguas del lago están templaditas, y hay varios bañistas chapoteando, a 2300m en un lago glaciar. Increíble, pero cierto, en plena ola de calor.

El crepúsculo será espectacular. Preparamos los trastes, con la idea de madrugar bastante. Hay más cordadas acampadas por aquí, y una de ellas planeaba dirigirse a la misma vía que nosotros. No es bueno tener una cordada por delante, sobre todo si se esperan tormentas a la tarde.

Patxi Aiaratik