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| El Pilar de Couchant |
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| El palmeral de Tinerhir |
GORGES DU TODRA. 2
Clásica al Pilar de Couchant
Las Gargantas de Todra.
El deshielo de las nieves del Atlas da origen a un río que discurre hacia el sur, hacia el desierto… En su viaje se encuentra con un macizo rocoso en el que de un colosal tajo esculpe un cañón de rojizas paredes calizas. Al salir de esta garganta, el río da vida a un fértil oasis, a un palmeral que serpentea entre los menguantes relieves, siguiendo su cauce durante unos quince kilómetros, hasta el pueblo de Tinerhir, o Tinguir, que de las dos maneras se transcribe en nuestro alfabeto.
Sin este agua y este palmeral Tinerhir no existiría, no habría más que familias dispersas de pastores de cabras, como las que a veces avistamos al bajar de las paredes protegidas por sus jaimas en las laderas pedregosas, o a cierta distancia de las carreteras secundarias.
El palmeral oculta sorpresas y maravillas en su interior, campos de cereal y de verduras, acequias de riego, amapolas y garzas, insectos y abubillas… Y las melancólicas moles de las kasbahs de adobe, más o menos cuidadas o deterioradas, que guardan la memoria de sus antiguos habitantes. El palmeral es uno de los más bellos atractivos de la región, y sería imperdonable no perderse por sus senderos que si quisiéramos nos conducirían hasta el pueblo, donde por pocos dírhams podríamos regresar en taxi colectivo…
Pero a nosotros son esos lienzos de caliza abrasiva, erosionada por las arenas que el viento y el tiempo acarrean, las que nos han traído hasta aquí. A veces amarillentas, a veces rojizas, las paredes del cañón llegan a alcanzar los 300 m de desnivel. La estructura del cañón garantiza que siempre haya alguna zona en sombra, algo muy a tener en cuenta en estas zonas semidesérticas.
La historia de la escalada en estos lares ha sido larga y provechosa, desde que en los años 70 un grupo francés abrió la Arista N. Como resultado, existen algunas líneas sencillamente geniales. Pero puestos a elegir, por su longitud y verticalidad tal vez las más vistosas sean las que ascienden al Pilar de Couchant, en el corazón de las gargantas.
En mi primera visita a las Gorges como escalador, a comienzos de los 90, pudimos ascender al Pilar por la Directa Chibania, una bella sucesión de diedros y fisuras en 6ª/6b de la que solo recuerdo que era buenísima. A nuestra izquierda, Txingu y Luzio escalaban la Clásica al Pilar. En aquel entonces, las vías se hallaban semiequipadas, y había que cacharrear. A día de hoy, las dos han sido totalmente equipadas con parabolts, más generosamente la clásica, al parecer. De modo que este es el menú que propongo a mis compañeros para nuestro segundo día de escalada.
Serán poco más de las 8:00 h y aun hace fresquito a la sombra , cuando tras un sólido desayuno en el albergue recorremos la garganta en busca de nuestro pilar. El cañon está aun bastante solitario y silencioso, nuestra pared está a la sombra, y así lo estará hasta el mediodía. Las aguas bajan aun relativamente crecidas tras las lluvias torrenciales del fin de semana, y buscamos el mejor vado para atravesarlas. Finalmente, no hay más que descalzarse, y el agua apenas llega a las pantorrillas.
Localizamos la vía fácilmente, pues ya hay una cordada en ella. La segunda de la cordada parece tener problemas en el primer largo. Sé que alguno de mis compañeros preferiría alguna otra vía más cómoda, pero estoy convencido de que esta les va a encantar.
El primer largo, como siempre, te pilla frío. Enseguida, en la 3ª ó 4ª chapa llega el paso duro, el más duro de la vía en realidad. Un diedro ligeramente desplomado sin buenas presas, salvo una fisura bastante pulida y resbaladiza para las manos. 6ª+. Al primer intento vuelo. Al 2º también, y además me estoy cansando. Una hostia en las costillas haciendo esquí de fondo en Aralar me ha impedido llegar en buena forma. Así que decido cortar por lo sano y trampear. Agarrándome al mosquetón y estirándome alcanzo una buena presa, y después otra. Pero el terreno continúa vertical y atlético, y me cuesta un horror mosquetonear los expreses sin trampear. Por suerte, el largo, aunque intenso, será corto. Llego a la reunión con los antebrazos a caldo, y el izquierdo a punto de calambre.
Van subiendo a su vez Txingu e Iñaki, con Sonia por detrás, y en su cara se percibe cierta preocupación. ¡Como todo sea de este pelo, vamos listos! La verdad es que yo tampoco las tengo todas conmigo, pero oculto mi penoso estado y simulo confianza… Además, el siguiente largo parece menos vertical.
En efecto, este será el primero de una serie de largos disfrutones y estéticos, con una roca adherente y abrasiva. A base de oposiciones, bavaresas y algún empotramiento iremos encadenando diedros y fisuras en una escalada muy homogénea en el Vsup/6ª, muy bien equipada, y ya no tan atlética. Los seguros están cerca, el grado es amable y los largos son a menudo a 25 m, no sería difícil ir uniendo largos. Así que las caras de susto del primer largo desaparecen, y son sustituidas por gestos de alegría y entusiasmo. ¡Qué buena vía!
En el 4º largo, un diedro opone más resistencia con una sección un poco más dura (6ª+). Pero a partir de ahí, casi imperceptiblemente, la pared pierde verticalidad, y ya es todo un disfrutar: la adherencia de los pies es tan buena que apenas hay que tirar de brazos. La dificultad de la ruta disminuye sin que lo haga su belleza. En el 8º largo otro 6ª+ me parece más bien fácil, y al fin nos juntamos con la Directa Chibania. Este último largo es común, un buen V sup equipado, pero con los parabolts más distanciados. Parece ser que así está equipada Chibania.
Al final, nos saldrán 8 largos y unas 6 h para 300 m de pared. Tocará luego recorrer la meseta cimera hasta alcanzar un sendero que por un barranco lateral nos devuelve a la base del cañón, junto a la entrada. Una hora de bajada, bastante evidente.
Nos hemos ganado una buena ducha, y
una buena siesta. Y a la noche celebraremos la jugada, y el cumple de Sonia,
con un sabroso tayin bereber en alguna de las terrazas de Tinerhir.
Pilar de Couchant, Via Clásica, 1975. 9 largos, 300 m, Equipada, V sup/6a con dos pasos más duros
Patxi Aiaratik
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| Paseando por el palmeral |
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| Tensión en el desayuno: ¿Dónde nos vamos a meter? |
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| Saliendo del primer largo. Lo peor queda atrás |
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| Magnífico 2º largo, 6a |
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| Tercer largo. |
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| Llegando a la 4º reunión |
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| Ya tenemos otra cara |
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| Penúltima reunión, común a Chibania |
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| Ya estamos fuera |
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| Regresando al cañón |
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| El pilar al atardecer |
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| La fuente de las Gorges |
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| Tinerhir de noche |





































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