sábado, 10 de febrero de 2024

AGOSTO EN CHAMONIX 2 Rebuffat expres a la Aiguille du Midi


 
Cara S de la Aig du Midi, vista desde el cable a Helbronner

En la Rébuffat-Baquet

AGOSTO EN CHAMONIX 2

Rebuffat expres a la Aiguille du Midi

Tras pasar la mañana escalando al sol en Le Brévent por la tarde toca jugar a los mecánicos. La sesión es productiva. Aunque el gruísta-mecánico pasa de nosotros totalmente, Marcos logra identificar la avería: un par de piezas de goma del varillaje de la bieleta de la palanca de cambios. En un concesionario de Volswagen conseguimos las dos piezas que hay que cambiar e instalar, y para terminar, en un alarde de virtuosismo, con cinta americana y alambre que nos dejan en una carpintería cercana (“nuestro” mecánico por no dar no nos da ni los buenos días) Marcos consigue que la palanca aguante lo justo para mover la furgo desde Passy hasta Les Tines. Todavía queda mucho curro por hacer, pero al menos todos los vehículos están juntos y Papila puede dormir en su furgo.

¿Y mañana? Continúa el anticiclón, con viento y frío en altura. Marcos y sus compas subirán a la Aig du Midi. Pero hoy en día lo de comprar el billete es un rollo. O madrugas mogollón y te plantas en la cola a las 6:30, o reservas la víspera, por internet o en la taquilla, y eso siempre que haya plazas a la hora que te interesa. Y hoy ya es demasiado tarde para ello…

……………

Otra noche bien fresquita en la campa junto al río, en Les Tines. Me acerco al parking a desayunar, y me encuentro con Marcos. Papila sigue durmiendo en su furgo. Marcos me invita a un café en su “tanque”, una autocaravana de 7 m de largo y 4.5 toneladas… Pocas veces he visto cacharros tan grandes.

Hoy cogen el teleférico a las 11:30. Carlos, el guía chileno, padre de Mateo y expareja de Eva, ha marcado la hora, para evitar tanto el frío matinal, como las carreras con otras cordadas en estas vías tan clásicas. Saliendo a esa hora esperan escalar sin nadie por delante, o al menos muy arriba de ellos.

¿Y si nos acercamos al teleférico a probar? Marcos tiene un arma secreta, su chaleco de “finisher” del UTMB. Aquí, el Ultra Trail del Mont Blanc es toda una institución. La organización es muy selectiva con los participantes, y el terminar la carrera ya es motivo de distinción… Se premia a los que terminan en el plazo con un chaleco distintivo, que resultará ser bastante conocido y respetado, no tanto como la insignia de los guías, pero casi. Este Marcos es una caja de sorpresas.

Así que nos plantamos en la taquilla. El chaleco surte efecto, los de la taquilla nos prestan más atención, y ahora lloramos un poco, Marcos en inglés y yo en francés. Explicamos cómo ya tenemos cuatro tickets, y que por un imprevisto necesitamos otros dos, que subimos para escalar, subrayando lo de escalar, que parece que aun puede tener cierto efecto, y más si lo dice un “finisher” del UTMB.

A las 9:30 estamos de nuevo en Les Tines, con dos tickets para Papila y para mí en el bolsillo.

……………..

Tenemos dos horas para organizarnos. Despertamos a Papila y preparamos las mochilas. Marcos vendrá con nosotros y así seremos dos cordadas de tres, el primero sin peso y los segundos con sendas mochilas para portear botas, crampones, ropa y piolets. Para aligerar peso, decido llevar las botas de trekking y los crampones articulados.

Arrancamos a eso de las 11h, y en diez minutos estamos en Chamonix, constatando que aparcar en las cercanías del teleférico es imposible, incluso pagando.  No me queda más remedio que desembarcar a mis compis y mi mochila junto a la entrada y dar la vuelta para buscar desesperadamente parking. Es inútil. Finalmente tengo que salir de Chamonix para encontrar un hueco a un lado de la carretera. Ahora solo tengo que recorrer, vestido de romano y con las botas, los dos o tres km que me separan del teleférico. Son las 11:20. Uff!

No soy el único con problemas. Al poco alcanzo en mi carrera a Eva y su chaval, Mateo, también corriendo para llegar a tiempo mientras Carlos busca donde aparcar. Lo ha intentado en el parking del Carrefour pero un segurata se lo ha impedido. (Al segundo intento lo conseguirá). Total, llegamos al teleférico sin resuello y con retraso. ¡Vaya estress! Menos mal que la cola del teleférico también va con retraso, y podemos relajarnos…

Y tanto que nos relajamos… El tiempo pasa y la cola casi no avanza. Al final, montaremos en la cabina con más de hora y cuarto de retraso. Carlos, que como guía que es se las sabe todas, ha logrado colarse con Eva y Mateo en la anterior cabina, pero bueno, ya nos encontraremos en la base de la vía. A eso de las 13:00 estamos en la cima de la Aig. du Midi, maravillados ante las preciosas vistas y el ambiente que descubrimos desde la cueva de hielo. La montaña luce resplandeciente bajo la nieve caída hasta cotas bajas hace unos días. Crampones y piolet en ristre salimos a la arista, que presenta un tramo delicado con hielo a la vista, en el que sacamos cuerda para que Marcos vaya más tranquilo, pues sus botas son muy ligeras y no se le ve muy suelto.

A las 13:30 estamos en la base de la Rebuffat. Una pareja de italianos acaba de bajarse en rappel del 2º largo, la chica comenta que la vía le ha parecido más difícil de lo que esperaba. Como era nuestra intención, no se ve a nadie más en la vía. Una cordada supera la estética fisura del 7º largo de la Contamine, 6c/7ª en libre. La jornada es tan hermosa, la temperatura tan agradable, estamos tan ilusionados con la escalada que casi no somos conscientes de que la última bajada del teleférico es a las 18:00. Ya podemos espabilar si no queremos quedarnos a dormír aquí. Y a todo esto, ¿dónde están los otros? Ni idea, pero no hay tiempo para preocuparse.

La Rébuffat a la cara Sur de la Aig. du Midi, la nº 55 de las “100 mejores”, es una hermosa escalada, tal vez la primera vía “moderna” del macizo. Se trata también de la más asequible de las vías que recorren el contrafuerte principal, Vsup/6ª, así que habitualmente se ve asediada por muchas cordadas. Hace ya mucho que la recorrí con Enri Gaztañaga en un día de niebla y sin mucha visibilidad. Tal y como recordaba, la escalada es preciosa, muy lógica, y además de los vetustos pitones tiene reuniones equipadas y alguna expansión entre medias. Pero aun y todo, hay que cacharrear. 12 expreses son suficientes. Hay algún tramo pulido por el paso de tantas cordadas, pero en general no supone problema. Se escala al sol, sobre el hermoso granito dorado del valle de Chamonix. En las reuniones miras a tu alrededor, y las vistas sobre el Valle Blanco, el Tacul, el Dent du Géant… son tan hermosas que te olvidas de asegurar al compañero… Los que ya habéis estado allí sabéis a qué me refiero, y los que no, pues no sé a qué esperáis…

Arranca Marcos por una hermosa laja, un largo de más de 40 m que ha aparecido  a causa del retroceso glaciar. Es un largo de V/Vsup, pero la verdad es que se atasca un poco. A partir del 2º largo Papila toma la delantera, y así seguiremos hasta arriba. Para ganar tiempo es mejor no hacer cambios en la cordada. Entre fisuras y diedros con algún paso en placa más picante, muy bien protegido y de hecho acerable, avanzamos rápido, encadenando a veces dos largos seguidos, hasta que en la penúltima reunión alcanzamos a una cordada un tanto extraña, que resulta ser kazaja. Un chaval jovencísimo de facciones eslavas escala de primero y se toma su tiempo… Y eso que ahora le toca un sencillo tramo de A0! Por detrás sube, tirando de jumar de mala manera, un tiarrón centroasiático con una mochila descomunal. Perdemos bastante tiempo esperándoles, pero finalmente llegamos a la cima de la Aig. du Midi. Los kazajos no tienen muy claro cómo montar el rappel, y nos dejan instalarlo. Son las 18:15, la última bajada era a las 18:00… pero nos tranquiliza el ver bastantes turistas en las terrazas de la Aiguille. ¡No les van a dejar tirados!

No hay tiempo que perder. En un rappel pendular bajamos a la terraza más próxima, recogemos el material y nos apresuramos a montar en una de las últimas cabinas. ¡Uff, qué librada! Y a todo esto, seguimos sin ver a Eva y los suyos. Una hora y media más tarde, estamos celebrando la escalada en una terraza en el centro de Chamonix, aún al sol. Aún estamos vestidos de romanos. Aparece un par de chavalillos también recién llegados de la montaña, con botas y mochilón. Papila les conoce. Apenas tienen 20 años, y les brillan los ojos tras haber realizado la travesía Rochefort-Jorasses, y pasar un día atascados en el Bivac Canzio por los fuertes vientos. ¡Qué ganas tengo yo también de vivaquear allí! Al escucharles siento una alegre envidia salpicada de nostalgia. Es tan hermoso tener 20 años y escalar por primera vez en Chamonix…

Dejo a Marcos y Papila disfrutar de una segunda ronda para recorrer los km que me separan del coche, e ir después a recogerlos. Pero no llegaremos a nuestro campo base en les Tines. En todo el día no hemos comido nada más que alguna barrita, y al pasar junto a la “Microbrasserie”, casi enfrente de la ENSA, encontramos una plaza de parking libre. El lugar es muy popular, y hoy hay música en vivo. Tras esperar un buen rato hasta que nos atiendan, cenaremos una espléndida hamburguesa con tropiezos y acabaremos bailando, con las botas puestas, una mezcla de jazz-dance-trance. Aun no hemos tenido tiempo de cambiarnos, je je.

Finalmente ha resultado una hermosa jornada de escalada, pero tanto estrés no mola. ¿Quién iba a esperar que el teleférico se retrasara tanto? ¿Y que aparcar fuera tan difícil? En adelante, habrá que tenerlo en cuenta.

Al día siguiente descifraremos el misterio de la desaparición de Eva y su cordada. Ellos iban a la Rébuffat… pero a la Rébuffat-Pierre, otra bonita clásica que en cuatro largos de V y un paso de A0 o 6ª duro asciende al espolón de los Cosmiques, a medio camino de la Arista de los Cosmiques. Más corta y sencilla que la nuestra, pero al parecer también muy bonita y transitada, desde ella nuestros amigos nos veían avanzar y dudaban de que llegáramos a tiempo para bajar… Al parecer, escalarla y terminar por la arista nevada es una gozada cuando tiene nieve suficiente, como es el caso. Pero pronto la canícula la dejará seca, comenzarán los derrumbes y los guías dejarán de ofertarla por peligrosa. Es el cambio climático. Hay que aprovechar las condiciones cuando vienen.

El precio del teleférico hasta al Aiguille ida y vuelta ahora es de 75€.

Aiguille du Midi, cara S, vía Rébuffat-Baquet, 250 m, 8-10 l, 6ª.

Patxi Aiaratik

 


 

En la cueva de hielo


La Aiguille de perfil

El retroceso glaciar nos regala un largo

Travesía bajo el techo
La fisura en S, 6a









Rappelando a la terraza.

Campo base en Tines

Problemas mecánicos...


Por el muro rojo a la izqda, la Rebuffat-Pierre




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